Los nuevos recursos humanos fueron distribuidos de manera estratégica, según la planificación del Comando Superior
Los 422 agentes policiales que egresaron el 31 de marzo ya fueron distribuidos en las diferentes unidades operativas desplegadas a lo largo y lo ancho de todo el territorio provincial para reforzar el servicio de seguridad.
El jefe del Departamento Personal, comisario general Ramón Eugenio Fernández, comentó que la designación de recursos humanos fue llevada adelante por el Comando Superior, según una planificación estratégica cuyo fin primordial es atender la seguridad pública, mediante el trabajo preventivo y la interacción con los vecinos de la ciudad y de las distintas localidades del interior provincial.
De los 422 jóvenes incorporados a las filas de la Policía de la provincia, 158 son mujeres, egresados de la XXXI° Promoción de Agentes de Policía con Formación Básica en Seguridad Pública y Seguridad Penitenciaria.
Fernández aclaró que además de la formación que recibieron durante un año, a lo largo de la carrera profesional tendrán cursos obligatorios para lograr los distintos ascensos, más otras capacitaciones que les permitan ganar experiencia y profesionalismo en la función policial.
Explicó que los nuevos integrantes de la fuerza se presentaron a sus lugares de trabajo y se incorporaron a las distintas tareas preventivas impulsadas por las unidades regionales, con el acompañamiento de sus superiores.
Una Policía atenta a las necesidades de la
comunidad y a la articulación de acciones
Aclaró que estas acciones se desarrollan en el marco de las nuevas políticas de seguridad, en las que los ciudadanos y la comunidad son actores centrales, donde el pueblo y sus organizaciones no son meros espectadores ni receptores pasivos; sino que actúan e interactúan como verdaderos y legítimos protagonistas del proceso de diagnóstico.
“La gestión de las diversas expresiones del delito, de la violencia y de otras conflictividades sociales, exigen superar antiguos esquemas, mediante el cual se viabilizaban respuestas con una concepción reactiva frente a situaciones de adversidad, y sin ninguna capacidad resolutiva o de anticipación. Por eso se propicia un mayor protagonismo de la comunidad en estas cuestiones. Ese es el verdadero desafío que tiene hoy el Estado y por ende la Institución Policial, con el que se busca y persigue una política activa, que permita el pasaje de la expresión de voluntad hacia una efectiva participación amplia y diversa”, expresó.
También consideró que la inseguridad es un problema complejo, que tiene como telón de fondo múltiples causas y merece respuestas reflexivas y deliberadas entre los distintos actores sociales.
“El Estado es uno de esos actores, junto con sus demás componentes como ser: Policía, las distintas agencias que componen el sistema penal, las instituciones que instrumentan los programas de seguridad y el desarrollo social, educativo, cultural, etcétera; están también, las víctimas, los vecinos, las organizaciones de la sociedad civil, entre otros. Todos ellos tienen algo para decir y a todos hay que escuchar. Por eso, las respuestas no son sencillas, ni se improvisan de un día para el otro”, señaló.
Remarcó que los derechos humanos y la democracia constituyen el marco de la seguridad ciudadana, porque las dos ideas organizan las tareas para gestionar las conflictividades sociales.
“Los derechos humanos representan un límite y señalan un horizonte en materia de seguridad. No se trata de oprimir derechos para disminuir los riesgos, sino de ampliarlos para reducir entre todos los riesgos que corremos en ciudades con profundos contrastes sociales”, puntualizó.
En tal sentido, afirmó que el concepto de seguridad ciudadana, enfoca su prioridad en la seguridad de las personas y en la convivencia pacífica de los ciudadanos entre sí. “Considera a las personas como seres sociales y comunitarios, así como destinatarios principales de las políticas de seguridad. Las personas se ubican en el centro de la definición y la instrumentación de la seguridad. La seguridad ya no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para alcanzar la plena vigencia de todos los derechos humanos que tienen los ciudadanos”, concluyó.