Clubes Digitales: espacios que transforman la curiosidad en futuro

Nacieron como una propuesta para acercar la tecnología a niños, niñas y jóvenes de la provincia, pero rápidamente se convirtieron en mucho más que eso: hoy son espacios donde la curiosidad se convierte en creatividad, donde la inclusión se materializa en cada actividad, y donde cada chico tiene la oportunidad de aprender en igualdad de condiciones.


Cada Club tiene su propia dinámica y contexto, pero todos comparten una base común: al llegar, los chicos se encuentran con kits de robótica y programación, computadoras y proyectores. Estos recursos están organizados en tres grandes etapas —Exploradores, Creadores e Innovadores Digitales— que acompañan el crecimiento de los participantes según su edad y conocimientos previos.

El resultado es un entorno donde la tecnología deja de ser lejana o inaccesible, para transformarse en algo cotidiano, cercano y sobre todo posible.



Aplicaciones que despiertan la imaginación


El aprendizaje se apoya en programas y aplicaciones diseñadas para que la experiencia sea tan entretenida como desafiante. Los más pequeños, en el nivel de Exploradores Digitales, juegan y aprenden con plataformas como Scratch, Scratch Jr. o Blocky Games, que permiten dar los primeros pasos en programación de forma visual y lúdica.

A medida que avanzan, los chicos se convierten en Creadores Digitales y acceden a herramientas como TinkerCad, mBlock o Arduino IDE, que ya les exigen poner en práctica ideas más complejas y desarrollar proyectos concretos. 

Finalmente, quienes llegan al nivel de Innovadores Digitales trabajan con softwares de diseño, simulación y plataformas de Internet de las Cosas (IoT), explorando campos como la inteligencia artificial o la robótica avanzada.

Sobre este punto, Horacio Britez, facilitador de Clubes Digitales destaca: “Cada aplicación que usamos tiene un sentido pedagógico. Lo importante es que los chicos puedan crear, probar y ver resultados en el momento. Eso multiplica la motivación y las ganas de seguir aprendiendo”.



Un día en el Club: entre juego y desafío


Las jornadas en los Clubes Digitales no se parecen a una clase tradicional. Los encuentros están organizados en planillas que ayudan a optimizar el tiempo, pero cada día tiene su propio ritmo: marcado por los desafíos que los facilitadores proponen.

El aprendizaje surge de la interacción: el facilitador no se ubica en un lugar de jerarquía, sino que se sienta junto a los chicos, escucha sus ideas y los acompaña a concretarlas. Con actividades lúdicas, construcción de objetos manuales o virtuales y dinámicas de “hazlo tú mismo” (DIY), los chicos viven un proceso formativo cercano, desestructurado y participativo, donde cada logro es compartido y celebrado.

“Lo más importante es el vínculo. Nosotros trabajamos a la par de los chicos, nos sentamos en la misma mesa y escuchamos sus ideas. Ese entorno no tradicional hace que el aprendizaje sea más natural y motivador”, señala Britez.


Los resultados de esta metodología se reflejan rápidamente. Los facilitadores coinciden en que los chicos muestran una mayor confianza, mejor autoestima y nuevas habilidades de comunicación. También desarrollan destrezas motrices y cognitivas, y lo más importante: despiertan un genuino interés por aprender.

Al mismo tiempo, los Clubes promueven un enfoque STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) que enseña a resolver problemas con creatividad, pensamiento crítico y trabajo en equipo. Todo esto los diferencia de quienes aún no tuvieron la oportunidad de participar, ya que los convierte en jóvenes con otra mirada sobre el aprendizaje y sobre su propio futuro.


Inclusión tecnológica: acortar la brecha


Uno de los objetivos centrales de los Clubes Digitales es reducir la brecha tecnológica. En muchos hogares, los chicos no tienen acceso a dispositivos, pero en estos espacios encuentran no solo las herramientas, sino también la guía para utilizarlas de manera responsable.

Britez lo resume con claridad:

“Que un chico de cualquier barrio pueda acceder a la misma tecnología que en contextos más favorecidos significa igualdad de oportunidades. Es la posibilidad de crecer y proyectarse hacia un futuro con más expectativas y logros personales”.


Los Clubes Digitales ya demuestran ser un complemento educativo esencial. Su propuesta motiva, incluye y transforma, acompañando a los chicos en el desafío de convertirse en protagonistas de la transformación digital.

En cada encuentro, en cada idea que se convierte en proyecto, en cada sonrisa que surge de un logro compartido, los Clubes confirman su misión: ser un espacio donde la tecnología se pone al servicio de la igualdad, la creatividad y el desarrollo de la comunidad formoseña.