Reconocen que en los últimos años se profundizó la inclusión del campesino.

El "paippero" Antonio Amarilla, sostuvo que "Ellos nos han aconsejado bien para que no nos equivocáramos ni fracasáramos con nuestros cultivares y su rentabilidad como ya nos ocurriera en otros tiempos, cuando estábamos librados a la buena de Dios".

Quienes cultivan la tierra en chacras de dos a diez hectáreas reconocen que en los últimos veinte años se inició, avanzó y profundizó la inclusión de los campesinos al sistema productivo y que se les han dado las herramientas esenciales para que puedan realizarse plenamente con su familia en el lugar donde viven y trabajan ya que cuentan con el apoyo técnico y científico que les brindan los organismos del estado.

Es el caso de Antonio Amarilla quien cuenta con cerca de una decena de hectáreas legadas por su abuelo quien se había establecido allí, oriundo de San Juan Bautista de las Misiones, Paraguay, en 1942.

Comenta que su caso personal está ligado al trabajo en el campo desde la adolescencia cuando alternaba los estudios con las labores de carpidas y en la organización con su familia de la granja para el autoconsumo.

Mencionó que hace algunos años se enteró del ofrecimiento del gobierno provincial para que los técnicos aconsejaran y orientaran a los minifundistas en el proceso productivo, como ha ocurrido con los del CEDEVA, el Paippa y el ministerio de la Producción y Ambiente.

"Ellos nos han aconsejado bien para que no nos equivocáramos ni fracasáramos con nuestros cultivares y su rentabilidad como ya nos ocurriera en otros tiempos, cuando estábamos librados a la buena de Dios", apunta.


Buscar información

 

Amarilla reconoce que su voluntad por mejorar lo impulsó a  buscar información porque considera que es lo que les debe interesar a los pequeños productores para hacer un aprovechamiento integral de los que les ofrece el estado provincial que creó organismos institucionales en beneficio de la comunidad productiva, como es el caso del CEDEVA que tiene genética vegetal y animal, la mejor tecnología y es una oportunidad única que no debemos desaprovechar y que tenemos la obligación de hacerla conocer a los jóvenes  guiándolos para que no tengan dudas que hay futuro en la producción", expuso.

Sabe que hay quienes opinan distinto y se interroga:" Hay quienes  dicen que no se puede, si ni siquiera lo intentaron ni hicieron la prueba; es importante que saquen la información, que prueben y después opinen", sugirió.

Del mismo modo abordó las críticas de quienes consideran que nada se ha hecho en materia productiva en las dos últimas décadas  o que el Paippa no será exitoso, sugiriendo que para despejar dudas apelen al valioso dato que ofrecen las fotografías aéreas o satelitales desde 1995 para hacer las comparaciones puntuales que va a despejar cualquier interrogante.

"De esa manera se podrá determinar cuánto se sembró en los últimos 20 años; cuantas escuelas, hospitales, viviendas, redes eléctricas y caminos se han hecho en ese tiempo y de esa manera se van a quitar las dudas", expresó para subrayar que a todo eso hay que sumarle la entrega del título de propiedad de

la tierra donde viven y trabajan y la creación de las escuelas rurales, desde el ciclo primario hasta el universitario.


Tecnología y genética


Amarilla admite que el advenimiento la tecnología y la genética para el manejo de los cultivos "nos cambió la vida", contando que en su caso recibió un rotocultor que le facilitó la preparación del suelo y que en el sector de 1.000 metros cuadrados de superficie cubierta del sombráculo le sumó el sistema de riego por goteo que toma el agua de dos represas existentes en el predio y en las que el año que viene aspira la siembra de pacúes.

A las verduras y cucurbitáceas le suma ahora 2000 plantines de papaya que le entregara el coordinador ejecutivo del CEDEVA aguardando que en el primer trimestre del año que viene ya aparezcan los primeros frutos. Aquí se detuvo para resaltar, asombrado, que cada una de las frutas pesa 4 kilogramos lo que le permitirá optimizar una suerte de PYMES hogareña dedicada a la elaboración de dulce de mamón que comercializa con el nombre de "San Antonio" en fruterías y negocios de esta ciudad.


Producir asociados


Antonio Amarilla propone a los productores conocidos que para aprovechen con más intensidad la transferencia de conocimiento de los técnicos, es necesario avanzar aún más en la gestión asociada, desestimando de una buena vez el individualismo.

Estima que ese trabajo colectivo tendrá también efectos económicos porque en la medida que se unan las producciones se logrará escala y de ese modo la rentabilidad será efectiva.

10-10-2016 | Cargada en Sociales - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social