QUÉ ES EL CEDEVA
Es el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias, es del tipo de centros donde se validan tecnologías aplicadas a la producción de cultivos bajo riego.
La misión es generar información rápidamente para que esté disponible para los empresarios que vengan a invertir a la zona y a la vez generar todo un paquete de tecnología que se adapte para la zona del oeste donde la agricultura no existía.
¿Cómo nace la decisión de desarrollar este proyecto?
Esto tiene una historia un poco larga que nace con los gobiernos democráticos luego de la dictadura militar que realizaron trabajos que conllevaron a la cristalización de un convenio entre el Gobierno de la Provincia de Formosa y el estado de Israel.
Por primera vez el estado de Israel firmaba un convenio con una provincia y no con otro estado para dar apoyatura tecnológica.
Para ello se eligieron del Instituto Volcán y del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de Israel especialistas que vinieron a la zona y, que en un informe preliminar sugirieron la creación de un centro técnico donde se ensayaran cultivos con diferentes tecnologías de riego y de ferti-irrigación y una serie de tecnologías de conducción, nuevos materiales genéticos que permitieran realizar en el oeste una agricultura muy avanzada que facilitase hacer negocios, para empresarios formoseños o del exterior que quisieran invertir en la región.
¿Cuál es la razón por la que el CEDEVA fue establecido en la región centro oeste de la provincia?
Los gobernantes entendieron rápidamente que allí había una gran ventaja que era disponer de una gran fuente de agua, Laguna Yema, que se alimentaba con los desbordes del río Bermejo.
Además el gobierno provincial tenía la disponibilidad de las tierras alrededor de la laguna.
Por lo tanto tenía todos los elementos como para proyectar y definir el futuro de la zona, y eso fue los que se hizo.
Se definió un proyecto, se consiguió la asesoría de técnicos muy eficientes del extranjero y se armó la infraestructura necesaria para permitir el acceso inmediato a la zona con las rutas, comunicaciones y energía eléctrica.
Se dispone de agua y tierra. Pero si no se cuenta con todo lo demás es imposible sacar la producción de la zona.
A medida que pasó el tiempo se fueron construyendo las rutas y el resto de las obras que hacían falta para darle un empuje particular a esas regiones, creando focos de desarrollo.
¿Qué se puede ver en el CEDEVA?
El centro esta abierto principalmente a todos los productores, a las escuelas y a toda la gente que quiera visitarlo.
Allí se encontrarán con 150 hectáreas desmontadas con distintos cultivos en diferentes etapas de desarrollo.
Cada uno de ello está regado por sistemas de riego diferentes. Hubo cosechas de algodón, de trigo, de cebollas que es nuevo para la zona. En marzo de 1998 se finalizó la siembra del algodón, se está en plena siembra de maíz, se hacen los almácigos para la próxima campaña de cebollas y, a su vez, se está trabajando con bulbos guardados de la cosecha anterior para ver la posibilidad de multiplicación de híbrido de cebolla.
Están también los laboratorios, como el de entomología, donde podrán apreciar apelando a una lupa, los diversos insectos de la zona.
Hay, además, una biblioteca y videoteca donde se puede encontrar material sobre el proceso de construcción del CEDEVA y todos los trabajos de infraestructura que se hicieron en la zona.
¿Cuáles son las alternativas de riego a las que se apela en el CEDEVA?
El centro trabajó sobre alternativas de riego controlado. Se trata de buscar la mayor eficiencia en el uso del agua ya que si bien se cuenta con un volúmen muy importante en la represa, se piensa que para un desarrollo prolongado y en una superficie importante-cerca de 50.000 hectáreas- se necesita un volúmen significativo. Lo primero que hay que hacer es usar en forma eficiente el agua, y para eso se apela al sistema de riego controlado como puede ser la aspersión o el goteo.
Hay tres sistemas de aspersión diferentes. Se trabaja en algunos cultivos con los tres y en algunos casos solamente con dos.
Además está el sistema de goteo y eso hace que en determinados cultivos haya cuatro maneras distintas de regar para determinar cual es la que manifiesta una mayor eficiencia productiva con la menor cantidad de agua.
Para la zona no se considera oportuna la realización de riegos gravitacionales, tales los casos del riego por surco o del riego por inundación para cuidar el agua y los suelos, para que estos duren muchos años.
¿Cuáles fueron los primeros ensayos que se realizaron y con qué resultados?
En 1998 comienza la primer campaña con todo el equipo de riego instalado en la primavera pasada.
Los ensayos que se hacían con anterioridad, se encaraban a medida que se disponía de tierras para la siembra. Para ello se enviaba la información de cultivos sin riego hasta que se comenzó a suministrarseles agua desde agosto de 1997 en que se inauguró el CEDEVA.
Los primeros trabajos fueron sobre algodón, trigo y cebolla.
La misión de generar datos, ha permitido trabajar con once híbridos de cebollas distintos de días cortos y se intentó verificar la velocidad de multiplicación, la calidad del producto en sí y la duración post-cosecha.
De los once híbridos se seleccionaron tres que se han comportado de manera espectacular para multiplicarlos en una superficie mucho más importante cercana a los 8 hectareas.
Un detalle valioso es que esta información que se genera para los grandes inversores tambien será de utilidad para el pequeño productor de otras partes de la provincia.
Tal es el caso de la cebolla que fácilmente se asimila a la zona del norte y noreste de la provincia donde hay muchos pequeños productores que saben trabajar muy bien en horticultura. Además, la cebolla es un buen producto ya que no es tan perecedero como otras hortalizas como el tomate y el pimiento y permite un mayor poder de negociación en las transacciones de venta.
Hay mercados cercanos, como Paraguay y Brasil, que demandan ese tipo de productos y la posibilidad de venderlos allí le dá la ubicación geoestratégica que tiene la provincia en el ámbito del MERCOSUR.
Además se trabaja en fardos de alfalfa sembrada en 26 hectáreas con riego por aspersión. Para este caso se están cerrando acuerdos con la Policía de la provincia y Gendarmería Nacional para venderles alfalfa para la alimentación de sus animales.
Se integra así el CEDEVA con otras áreas de gobierno en el contexto de un trabajo sistémico porque, de alguna forma, en el centro no solamente trabajan ingenieros agrónomos y forestales sino que a través del Ministerio de Economía, de Obras Públicas, de Vialidad Provincial y del Instituto Provincial de la Vivienda se ha trabajado en conjunto cuando se encaró la parte de infraestructura del CEDEVA. Ahora se trata de seguir en ese accionar afirmando relaciones con la Policía, y con el Ministerio de Educación, para el abastecimiento de comedores escolares y para llevar al centro chicos de colegios agrotécnicos para hacer pasantías en el campo experimental.
¿Qué se ha conseguido en materia de producción algodonera, que forma parte de la cultura productiva formoseña?
Se aguardaba conocer en 1998 el comportamiento de las distintas variedades de algodón.
En 1997 la pequeña superficie trabajada se basó en un planteo teórico de arriba de los 3.000 kilos por hectárea contra un ensayo, sin riego de 1.300 kilos.
Se aspira que en 1998, en que se ha afinado la época de siembra, se tendrá una información mucho más rica ya que hay todo un ensayo de las variedades argentinas.
Además se dispone de las variedades israelíes de fibra larga y los tres algodones transgénicos que existen en el mercado mundial que todavía no están liberados para la comercialización, aunque el CEDEVA ya lo tiene ensayando. Se tienen 40 hectáreas de Guazuncho II que es la variedad más extendida en la provincia, con lotes de ensayo de 10 hectáreas. Es decir que cada lote de producción, cubre 10 hectáreas.
¿Es posible superar ese techo de 3.000 kilogramos por hectárea en el caso del algodón?
Hay sobradas esperanzas de que se pueda lograr. Los consejeros israelíes son los que marcan las pautas de base de producción y no hay casi dudas de que se pueda lograr "afinando" un tanto las distintas prácticas culturales que se están haciendo con los cultivos.
Siempre se pensó en que la producción era viable solamente en el este y ahora se avanza hacia el centro oeste.
Este cambio de la realidad social y productiva del oeste se da a partir de la voluntad política de pelearle a los problemas y superarlos.
¿Hay plagas vegetales que pueden limitar las aspiraciones de los técnicos respecto de las expectaciones productivas en la región?
Con respecto a las plagas, el oeste es mucho más "limpia" que el este porque no ha tenido experiencia agrícola. Al no haber agricultura no había plagas limitantes de los cultivos.
Esta es una de las ventajas comparativas grandes que puede convertirse en una ventaja competitiva interesante.
Se ha "trampeado" toda la zona y no existen insectos-plagas limitantes de los cultivos.
Ni con el cultivo del algodón con la oruga de la hoja o el picudo.
Hay un lote de más de 20 hectáreas de cítricos en este momento donde no hay presencia de cancrosis y eso, aparte de las medidas sanitarias que se toman, las características climatológicas de la zona no permite el desarrollo de la bacteria.
Actualmente (marzo de 1998) no hay problemas virósicos ni en los cultivos hortícolas ni en alfalfa.
Son cosas que se esperaba que ocurriesen. Con el tiempo, es dable esperar que la población de insectos y malezas aumente y es probable que alguna vez empecemos a tener algún problema que seguramente superaremos.
¿Qué deben esperar los inversores de los técnicos del CEDEVA?
Toda la información que se ha recabado.
Todavía no se cumple el año de haberse instalado todo el equipo de riego, comformandose en un centro de validación de tecnologías con riego muy joven
Pero básicamente se puede ofrecer información sobre distintos tipos de suelos, estudios de suelos a nivel de semidetalle de 10.000 hectareas y de todo el CEDEVA que mapea, de alguna manera, los distintos suelos que hay en todo el área. Permitiendo sugerir distintos de cultivos y técnicas de manejo de los suelos a los inversores.
Hay una estación meteorológica automática que comienza a dar información de cómo caen las lluvias y de su duración. Pero sobre todo la intensidad que es lo que limita a veces el uso de determinados suelos para determinada práctica cultural.
Por lo tanto, ya hay un montón de cosas que se le puede transferir al inversor que le van a hacer ahorrar muchísimo dinero, seguramente.
¿Cual es el área definida para que progresivamente se vayan instalando los inversores?
El proyecto comprende 100.000 hectáreas. Va desde Laguna Yema a Las Lomitas tomando como eje central el canal de hormigón que tiene una longitud exacta de 96 kilómetros y que lleva 10 metros cúbicos por segundo de agua de excelente calidad, la ruta nacional 81 y las vías del ferrocarril Belgrano.
Es eje de proyecto, tomando 5 kilómetros a cada lado al norte y al sur y los 100 kilómetros que hay entre Laguna Yema y Las Lomitas, arroja el total de 100.000 hectáreas, como área de estudio.
De ellas se puede aportar riego aproximadamente a unas 50.000 hectáreas. Sobre esa zona es donde deben poner sus ojos los inversores.