Dr. Francisco Pestanha
 
Introducción de la Prof. Lilian del Carmen Bistolfi:

La celebración de la provincialización de Formosa, nos ha dejado hinchados de orgullo y comprometidos con quienes históricamente fueron protagonistas y en ese momento nos legaran ese desafío. Este es el momento, único e irrepetible en nuestra historia formoseña de protagonizar la misma o ser mero espectador.

Por eso que queríamos compartir con otras personas, en esa línea invitamos a dos compañeros que desde muchas coincidencias podríamos resumir en un: “Recuperar el Ser Nacional como hecho político vivo es afirmarnos en la voluntad de querer ser un país con su propio destino. Librando una conciente “lucha cultural” que rescate y revitalice “las tradiciones colectivas, costumbres, creencias, ... que vienen del pasado y se anudan al presente como herencia y al porvenir”.

Latinoamérica y la Argentina como parte integrante, cuentan con una diversidad y cantidad de recursos humanos y naturales tales, que están esperando los ordenemos y los pongamos a trabajar, para cosechar la realización del Proyecto Nacional Suramericano, sabiendo que los valores que seguimos reclamando como sociedad incluyen la vida, la paz, la justicia, la libertad, los derechos humanos, la austeridad ecológica, la independencia política y económica y la unión continental.

Compartimos reuniones donde intercambiamos puntos de vista con los Compañeros Francisco ”Pancho” Pestanha y Eduardo “Pepe” Rosa (Hijo del notable historiador) donde quisimos sumar nuestra opinión y aportar, como formoseños al “Pensamiento Nacional”.

Pasadas
varias semanas, después de tantos hechos relevantes vividos durante todos estos meses, reviso mi correo y encuentro lo siguiente: “ Lilian, te mando un articulo con inspiración y final formoseño….Pancho P.”
Con la correspondiente autorización comparto con Uds, un aporte a nuestra Identidad.

 

Raúl ScalabriniI Ortiz nos ha legado, entre otros descollantes aportes teóricos, una formulación no tan bien difundida pero que a mi criterio, adquiere hoy una virtualidad altamente significativa. Me refiero a aquella que subyace en El Hombre que está solo y espera, pero que se manifiesta expresamente en una obra publicada en 1946 por la editorial Reconquista, Los ferrocarriles son del Pueblo Argentino, bajo el subtítulo Principios básicos de un orden revolucionario, y que reseña su tesis sobre nuestra nacionalidad.

Como todo producto teórico, y debido al proceso de la intertextualidad, pueden encontrarse en dicha tesis, nítidas huellas de - entre otros - MANUEL ORTIZ PEREYRA y de JOSÉ VASCONCELOS, sin dejar de mencionar la notable y evidente influencia que ejerció sobre el "hombrecito de los ferrocarriles" el periodista y patriota JOSÉ LUIS TORRES.

Con la intención que el eventual lector pueda tomar cabal noción de los alcances de dicha enunciación, voy a transcribir a continuación, una serie de párrafos especialmente seleccionados, para posteriormente, efectuar sobre ellos unas breves consideraciones -no sin señalar a modo liminar- que dicha tesis fue formulada en el marco de una convulsionada época, donde debate sobre las nacionalidades se encontraba dominado por el criterio de homogeneización étnico - racial proveniente del modelo Alemán.

Enseñaba por entonces SCALABRINI que "... para no errar en el método y soluciones que se preconicen para encarar y resolver los urgentes problemas sociales que atañen a grandes núcleos de la población y los problemas nacionales que atañen a todos sin distinción, será indispensable tomar constantemente en consideración los poderosos factores telúricos y étnicos que obran en el espíritu argentino para entenderlo y en cierta manera, universalizarlo en su comprensión (...)

La inmensa distancia que nos separa de nuestros orígenes nos acerca en espíritu a las civilizaciones autóctonas que estuvieron aquí y que fueron aniquiladas por el hombre blanco, porque el tiempo es equivalente a la distancia en acción y la distancia no es nada más que el tiempo que está acostado (...)

Estamos en esta tierra como si estuviéramos en una Isla. Esa insularidad como la distancia que nos separa del hemisferio boreal, sin que nosotros lo sepamos influyen en la definición de nuestro temperamento con un ahínco mucho más tenaz del que podría suponerse (...)

Parte no despreciable de la grandeza británica halló su raíz en el carácter insular ( ...) El aislamiento isleño tiende a dar a sus habitantes una homogeneidad difícil de alcanzar en los pueblos continentales y una solidaridad que se ajusta en la necesidad de resolver sin ayudas ajenas la eventualidad de los acontecimientos."




 

Y prosigue, "... la amalgama de aportes inmigratorios y de elementos primigenios de la tierra se acelera en esa inusitada unidad en que se funden sin esfuerzo el residente de larga fecha y el recién venido que asiste con azoro a la transmutación de sus intimidades más celosas (...)

Para las doctrinas racistas esa heterogeneidad de origen es una tara inamortizable que se expresa en palabras de resonancias ofensivas: Pueblos mestizos. Pero en esa pluralidad de origen reside justamente una de las firmes esperanzas de la grandeza Argentina. El producto de procreaciones sucesivas de seres idénticos tiende a conformar seres especializados en que las cualidades no fundamentales se relajan hasta desaparecer.

El monogeno es por naturaleza incomprensivo, intolerante, y por tanto, específicamente negado a la política y al ingenio que su realización requiere y el ingenio de la política es la manifestación más alta de la inteligencia humana."

Así, "... el MULTIGENO, el ser de orígenes plurales, tiene brechas abiertas hacia todos los horizontes de la comprensión tolerante. En cada dirección de la vida, hay un antecedente que le instruye en una benigna coparticipación de sentimientos. Nada de lo humano le es ajeno.

Nada humano le sorprende y asiste al espectáculo de la vida como si todo hubiera sido suyo. El arquetipo del argentino es el hijo primero de nadie que tiene que prolongarlo todo (...) Los pueblos que se caracterizaron por su ingenio político fueron multígenos (...)

Los monógenos son técnicos y los técnicos estuvieron siempre en subordinación de los políticos. La grandeza del hombre no se mide por su capacidad técnica, se mide por su aptitud para sentir e interpretar la mayor suma de almas, base de toda acción política."

Y concluye "Sobre estos cuatro pilares: el aislamiento, la insularidad, la unidad territorial y la pluralidad de origen se asienta la estabilidad inconmovible de la grandeza auténtica de esa muchedumbre sudorosa que el 17 de octubre cubría la plaza de mayo y colmaba sus espacios con un solo reclamo articulado con la devoción de quien expresa la raíz suficiente de su propia razón de ser ."

Como surge nítidamente de los textos, el autor plantea cuatro ejes sobre los que a su criterio, debería abordarse la cuestión de la nacionalidad: La insularidad estructural y el consecuente aislamiento (hechos que considera positivos a los efectos cohesivos), la unidad territorial, y por último la pluralidad de origen. Si bien todos los aspectos tratados por el autor resultan relevantes y deberían constituirse en objetos centrales de la investigación académica, voy a concentrarme en este trabajo en el último aspecto, es decir, en la pluralidad de origen
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-Septiembre de 2005

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