Los Padres Franciscanos deciden, entonces centrar la atención en el aspecto educativo implementando el sistema de internados dentro mismo de la Misión. Para llevar adelante el proyecto, el Padre Pablo Rossi, Superior de la Misión desde el año 1929. encarara un reordenamiento de la actividad productiva, centrándola en el obraje y el aserradero buscando el autofinanciamiento. Una vez terminados los edificios para los internados vinieron las hermanas Franciscanas (1934).

Con ellas la educación primaria se sistematizó y tuvo la continuidad que le faltó durante las primeras décadas. Durante la década del treinta fue tomando la fisonomía urbana que se prolonga hasta la actualidad. La actividad maderera y de la construcción sentaron las bases de la prosperidad de ese pequeño pueblo.

En la década del cuarenta era ya un centro de interconexiones con la Capital del Territorio, con el sur del País y con otras localidades menores. La Ruta Nacional No 11 construida en esa década, tenía en Laishí una parada obligada. Contaba con Hotel, Fonda y Surtidor Oficial de YPF. Todas las construcciones de material que hoy conforman el Centro Histórico ya estaban en pié. Contaba con una red de agua corriente que servía a todas las casas que rodeaban la Plaza y el Convento.

"Gracias a la sabia dirección del actual Superior, Laishí es hoy un pueblito elegante, laborioso y progresista. Los internados para varones y niñas, la Escuela Agrícola, los talleres son obras de este abnegado Sacerdote que ha logrado incorporar a la sociedad y a la Patria, varias generaciones de aborígenes". (Diario Norte, Resistencia, 2/7/1943)

Simultáneamente se desarrollaba, en toda la región este del Territorio, el auge del algodón que cada día necesitaba mayor superficie. El Gobierno Nacional ya había instalado desmotadoras en El Colorado (1940), en Ibarreta (1946), en Pirané (1949) y en Laguna Blanca (1949). Como las tierras de los Departamentos Laishí y Formosa estaban en manos de unas pocas compañías, los campesinos sin tierras solamente podían ubicarse en los intersticios de las grandes propiedades u ocupar tierras de la Misión, que de las cuarenta y dos mil hectáreas muy pocas eran ocupadas efectivamente por indígenas.

El P. Pablo, al ver que este proceso era irreversible, optó por solicitar autorización al Gobierno Nacional para arrendar las tierras que no eran ocupadas por los aborígenes y dedicar lo recaudado al sostenimiento de la Misión que cada día se hacia más difícil. Fue así como los colonos internándose en los montes, limpiando un rozado y levantando el rancho, en el laborioso aislamiento de las chacras, se arraigaron y fueron convirtiendo a Laishí en un centro alrededor del cual se desarrollaron florecientes colonias agrícolas.

La actividad agrícola, sobre todo algodonera, fue pasando a manos de los colonos blancos que ya empezaban a superar en número a los aborígenes. La ocupación de tierras por parte de los blancos era percibida como un despojo por los aborígenes. Aún hoy algunos ancianos reprochan al Padre Pablo por haberlos llevado a los obrajes con la intención de dejar libres las tierras para los blancos.

Por otra parte, la Misión como tal, que había perdido el aislamiento de las primeras décadas del siglo, seguía funcionando con el sistema económico tradicional (única compradora de la producción y única proveedora que utilizaba vales como moneda)

EL OCASO DE LA MISIÓN

Superiores: Gregorio Pccchia( 1951/56), Francisco Quiberoni (1956/59)

Al finalizar la década del cuarenta la Misión se encuentra en una situación muy critica, el Padre Pablo cansado y desmoralizado por la falta de apoyo del Gobierno Nacional y de los propios franciscanos que ya deseaban dejar la Misión. Fue muy difícil encontrarle un reemplazante. En 1949 vino el Padre Fray Eduardo B. Pino, sacerdote nativo de Laishí, quién al poco tiempo renuncia y abandona los hábitos.


En 1951 se hizo cargo de la Misión el Padre Gregorio Pecchia, aunque el Padre Pablo permaneció con él un par de años más durante los que fue delegando paulatinamente las funciones que había asumido por más de veinticinco años. El Padre Gregorio, joven sacerdote italiano, reactivó la producción maderera, haciendo trabajar más que nunca al aserradero. Había que proveer de maderas duras aserradas a Vialidad Nacional que estaba construyendo rutas en el Territorio



 



Entonces una cosa era que gestione y gobierne gente que no conoce la realidad ni conoce al pueblo que va a gobernar y otra cosa es la gente que esta consustanciada con la realidad geográfica, social, ecológica y cultural de la provincia, entonces es más fácil que hagan obras que concreten más rápido el progreso social, cultural, artístico y económico de la provincia. El pedido de la provincialización era justo, importante, parecían tan obvias las ventajas que cualquiera medianamente instruido se daba cuenta
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El 12 de febrero
de 1953 llega el Padre Simpliciano Gomiero quién asume el cargo de Cura Párroco. Ya en 1943 Laishí se había erigido como Parroquia con jurisdicción en toda la región sudeste de la Provincia, sin embargo, será el Padre Simpliciano el primero en hacerlo efectivo. El mismo relata, en "Memorias de La Misión" (Manuscrito inédito), sus labores como misionero de las colonias:

"Llegué como Párroco y encontré al P. Pablo Rossi anciano sacerdote que se preparaba para regresar a Italia después de una estadía muy larga en Laishí. Estaba a cargo de la Parroquia y al mismo tiempo era administrador de la misma Misión. Tenía como ayudante al P. Gregorio Pecchia que se hizo cargo de la administración y, a mi llegada, la parroquia con sus numerosos parajes y comunidades la atendí yo".

"Estaba encargado de visitar comunidades, pueblos y parajes esparcidos en un radio de casi 100 Km., mi vehículo fue el caballo durante tres años; y después, la moto Guzzi, cuando el tiempo era seco y lo permitía. En caso de mal tiempo y de lluvia debía volver al caballo. Mi labor parroquial se realizaba los domingos y durante gran parte de la semana en las visitas a las pequeñas y lejanas comunidades de la basta parroquia que abarcaba desde Herradura hasta más allá de Villafañe, y desde el cruce, donde había un puesto de Gendarmería (más allá del Angelito) hasta el Km. 100 (río Bermejo o Colorado no recuerdo bien el nombre del río)".

La reactivación del aserradero y los obrajes no se prolongó por mucho tiempo. Vialidad redujo la demanda de maderas. Además, el P. Gregorio se verá obligado a abandonar la Misión a raíz de un accidente, siendo suplantado por el Padre Francisco Quiberoni. Acerca de quien el Padre Gurrieri dice:

"El Padre Francisco Quiberoni, quien puede ser considerado el último misionero, se encontró con serias dificultades que marcaron el final de la Misión: la dispersión de los aborígenes a otros lugares tanto por su natural nomadismo como por la invasión de los así llamados blancos que venían para hacer sus propios negocios, esto hacia imposible cumplir con el afincamiento de ciento cincuenta familias de agricultores aborígenes en la Misión para entregarles en propiedad las tierras como lo estipulaba el contrato con la Nación, problemas económicos e industriales que hacían difícil la colocación de la producción realizada con maquinarias precarias. Ante estas dificultades los superiores decidieron dar por terminadas las misiones (Laishí y Tacaaglé). En el año 1950 se comienza, ante la Nación, el proceso y recién en 1958 se termina ".

Si bien la Misión no pudo cumplir totalmente con los propósitos que le dieron origen, son palpables los frutos de una obra eminentemente social y civilizadora. El misionero franciscano fundó un pueblo, levantó escuelas, creó fuentes laborales, inculcó hábitos de trabajo, inquietudes de progreso y amor a la patria.

El adiestramiento laboral y educacional recibido por los Tobas les ayudó a adaptarse a la vida ciudadana, aunque la influencia franciscana sobre la sociedad Toba ha sido limitada, sobre todo en lo religioso y educativo. El descuido del aprendizaje de la lengua indígena, la desvalorización de su idiosincrasia, cierta forma de asistencialismo paternalista, imposibilitaron una influencia más profunda.


 
   
     
 
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-Septiembre de 2005
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