Relato a cargo de Misioneros Franciscanos, por el Hno. Gerónimo Martina
 
El Establecimiento llamado San Miguel no estuvo incluido en ningún proyecto de pastoral local vinculado con la Parroquia o la antigua Misión. Los beneficios económicos tuvieron la finalidad del sostenimiento de las jóvenes vocaciones para la Orden Franciscana en las casas de formación o seminarios.

Fue duro y costoso el trabajo de desmonte y creación de instalaciones adecuadas para la producción ganadera. Se recuerda en la comunidad entre los laboriosos hermanos franciscanos a Salvador Gurrieri, Antonio Brollo y Luis Zilli.

 

Llegó a ser modelo de establecimiento por los beneficios de salarios y viviendas para el personal como por la calidad en la producción agropecuaria reconocida por la Sociedad Rural. La comentada riqueza de los franciscanos, como de la Iglesia, queda aclarada en cuanto a sostener la institución en su finalidad de servicios a la comunidad sin procurar intereses de lucros personales.

El Establecimiento San Miguel fue vendido y todo su valor reinvertido con la misma finalidad de procurar recursos para las causas de formación de los futuros Misioneros Franciscanos.

Los Misioneros Franciscanos aprovechamos esta oportunidad para agradecer a Dios que nos llamó a evangelizar, a la Iglesia que nos confió y envió esta misión y a todos cuantos compartieron con nuestros hermanos la evangelización realizada.

En todos estos años de historia recogemos el testimonio generoso de aborígenes, laicos y Hermanas y Hermanos Franciscanos que respondieron con tanta generosidad en la vocación de servir y dar la vida por el bien de todos.

Dios juzga según el corazón, dicen los profetas. Es Dios quien juzga el corazón y las intenciones en todo cuanto realizamos. Somos testigos de las buenas intenciones que tuvieron y tenemos cuantos participamos como Iglesia en la misión evangelizadora con las tareas concretas que realizamos.
 
Aceptamos las críticas por lo realizado y reconocemos que todo cuanto se ha hecho pudo hacerse mejor. Pedimos perdón a Dios, también pedimos perdón a cuantos se sientan ofendidos o escandalizados por lo dicho y hecho.

Las experiencias vividas nos sirven a todos para seguir aprendiendo en humildad franciscana a ser más fieles a nuestro Dios en el “combatir todo mal siendo incansables en hacer el bien”, como dice La Palabra de Dios.

Como decía San Francisco de Asís hacia el final de su vida y misión, queremos decir: “Comencemos hermanos porque poco hemos hecho aún. Yo hice mi parte. Dios los ilumine para que puedan hacer la suya”.
Pastoral parroquial

La Pastoral si bien en sus comienzos se dirigió exclusivamente a los aborígenes, a medida que iban llegando las familias de los colonos no fueron excluidas. Cuando en 1943 se erige la parroquia San Francisco, es un pedido que el Obispado de Resistencia hace a los misioneros para formalizar lo jurídico en cuanto a libros de bautismos confirmación y matrimonios y en vistas también al futuro organizativo de la Iglesia.

La atención continuó con el estilo misionero de ese tiempo. Saliendo desde la sede el misionero sacerdote visitaba periódicamente a las familias y parajes reuniéndolos para la catequesis y celebración de los sacramentos. Donde encontraban personas que podían prestar el servicio de catequistas, los autorizaban para la catequesis pre sacramental y como referentes para convocar a las familias cuando llegaba el sacerdote para las celebraciones.

Motivaban para edificar capillas para las catequesis y el culto formando comisiones pro capillas. El misionero también promovía lo social, es decir, la unidad y solidaridad de los vecinos inquietándolos para edificar las estructuras de trabajo, comercialización, escuelas, etc.

Iniciada la diócesis hacia el año 1957, con el nombramiento del primer Obispo Fray Pacífico Scozzina, ésta, como todas las parroquias de Formosa, inician un proceso de crecimiento en comunidad formoseña y en fidelidad a los lineamientos del Concilio Vaticano II, se va llevando a la práctica la renovación de la liturgia, catequesis y caridad o pastoral social.

El proceso no lleva siempre el mismo ritmo por estar condicionado a las situaciones históricas como a las limitaciones de sus protagonistas. Pero damos gracias a Dios por el crecimiento del número de agentes de pastoral en las comunidades de las Colonias, construcción de capillas, comienzo de comunidades en los barrios o sectores del pueblo en Misión Laishí. La religión y la Iglesia tuvieron y tienen mucho que ver en la edificación de la comunidad social.

La formación y organización de los agentes laicos en las áreas de pastoral hizo posible en la actualidad a la existencia de las áreas de: Liturgia, Catequesis, Cáritas, Pastoral de la Salud, Animadores de comunidades, Catequesis familiar de Comunión y de Confirmación, Equipo Económico, Sacristía y los movimientos de Renovación Carismática y Juventud Franciscana.
 



La existencia
del Consejo de Pastoral data de 1970 aproximadamente. También de esta década se dan las experiencias de grupos misioneros de jóvenes y adultos desde Laishí hacia las colonias. Es el paso de Comunidad misionada a parroquia misionera.
Sigue el sueño de los primeros misioneros de vernos integrado en comunidad y en las celebraciones con los hermanos aborígenes.
Como decía San Francisco de Asís, patrono de la parroquia: “Demos gracias a Dios y alabado seas mi Señor”.

 

         
12 -Diciembre - Noviembre de 2005
 
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