Nosotros
entramos al predio con los relámpagos, y estuvimos
en el acto inaugural recibiendo las bendiciones muy cerca del
Dr. Insfrán y la comitiva oficial. Había mucha gente…
La
apertura de la primera de las tres noches
recibió la bendición de un aguacero y parecía
que todo se desmoronaba, la gente corrió, se guareció,
pero a los pocos minutos volvió a llenar el predio, de
pie por las sillas mojadas. Y aún más, soportó
otro aguacero y la temperatura que descendió a escalas
muy frías.
Y
estuvo hasta las cinco de la mañana, con un espíritu
festivo y de hermandad sorprendente. La gente se apropió
de la Fiesta del Pomelo desde este primer día.
Sábado con llovizna. Una garúa persistente y molesta.
Nadie se dio por enterado.
El
Polideportivo Evita estaba lleno desde la media tarde.
Todos parecían contagiarse. Aunque no podemos hablar de
todo, porque no vimos todo, nuestra visión es muy parcial
pues es imposible abarcar todo esto que sucedía en forma
simultánea. La noche nos llevo de vuelta al gran escenario.
Había muchísima gente.
Otra vez a la hora de la apertura la lluvia dijo aquí
estoy. La gente no se movió, la fiesta se hizo oración
por la Virgen del Carmen, nuestra Patrona, y la lluvia se volvió
nada.
Pero estas Bodas de Plata de la Fiesta Provincial del Pomelo debían
tener un corolario contundente. Más allá de los
artistas y de la lluvia y del frío. El sol brilló
ese domingo, el pueblo y su fe habían vencido al mal tiempo.
Jamás
a Laguna Blanca habrán llegado tantos visitantes,
nunca habrán estacionado en sus calles tantos vehículos.
A las tres de la tarde familias enteras ocupaban una gran parte
del playón frente al gran escenario.
Al
finalizar el magnífico desfile de carrozas, eran
decenas de miles los que alimentaban aquel mar humano, que visto
desde lo alto del escenario nos daba la respuesta más contundente
para cualquier cuestión que pudiéramos hacernos
con respecto a lo acertado o no de estas celebraciones populares.
¿Qué
era lo nuevo? Probablemente este pueblo del que somos
parte, que hace explícita su actitud ante la historia nueva.
Porque son los formoseños los que están coronando
estos encuentros con su presencia multitudinaria, y que nos reafirma
a cada paso que así, todos juntos, vamos a seguir escribiendo
esta historia nueva desde la pertenencia y la valoración
de lo nuestro.