Y,
en esa mañana de otoño, del cinco
de abril de 1955, en el Salón Blanco de la Presidencia
de la Nación, colmado de una multitud entusiasta
de formoseños que habían acompañado
a la Comisión Directiva y ante la presencia del Gabinete
Nacional, expuse al Señor Presidente de la Nación,
con toda la humildad, y la emoción de los hombres
de tierra adentro, los fundamentos de las inquietudes libertarias
del pueblo de Formosa.
El
Gral. Perón, con cierto dejo de emoción,
y haciendo uso del viejo lema justicialista "Que el
pueblo es el único artífice de su destino",
y con esa especial forma de mirar la dimensión del
porvenir de los pueblos de su país, nos prometió
la provincialización de Formosa. El 28 de Junio de
1955, con la promulgación de la Ley, se produce el
feliz advenimiento de nuestra provincia.
Quedó
atrás, muy atrás, aquel largo período
de aislamiento, soledad y olvido de los territorios nacionales.
Esa injusta asimetría de nuestra historia nacional,
en contra de los sagrados principios de igualdad ciudadana
de nuestra Constitución Nacional. Hoy nuestra próspera
provincia se proyecta hacia el país desde un perfil
productivo vinculando eficiencia y competitividad. Grandes
posibilidades que le da su política de inversión
en infraestructura, extendida por toda la provincia.
Zonas
inhóspitas como el oeste que, gracias a
la bendición del agua, se han convertido en verdaderas
regiones productivas. La ruta 81, futuro corredor bioceánico
del norte argentino con todo lo que significa para el país.
Surcada por caminos y rutas asfaltadas que nos sacaron del
aislamiento. Obras públicas que nos permiten alcanzar
un mayor bienestar y ecuanimidad social. Son estas y muchas
más circunstancias auspiciosas de este nuevo paradigma,
cargado de expectativa, que vive la provincia.
La fisonomía de nuestra generosa ciudad
capital, embellecida últimamente por una costanera
moderna, sobre un majestuoso río amigo, hacen las
delicias de las apacibles noches de verano. Ha adquirido
una particular relevancia con todo el perfil de una ciudad
moderna del país.
Gratamente
sorprendido y admirado de este positivo balance
de toda nuestra provincia gracias a la cultura del esfuerzo.
Evidentemente, señala al Señor Gobernador,
corno un hacedor integrado en su época, que sabe
aprovechar su potencial de éxitos, y su capacidad
de conducción.
Creo,
honestamente, que Formosa se ha puesto en camino
de cruzar definitivamente y con orgullo, la frontera entre
el mundo que aspiramos y aquel otro que todavía nos
detiene. Como decía Avellaneda: "La idea que
empuja y el hacha que resiste". Desgraciadamente, en
este contexto formidable, de transformaciones científico-
tecnológicas del mundo que vivimos y admiramos, no
falta una nube negra que mueve y conmueve con tanto dolor
la conciencia mundial.
Problemas sociales serios: la marginación, la pobreza
y la desocupación. Son temas prioritarios que exigen
la solidaridad y el esfuerzo de todos, así como el
coraje y la decisión de los gobernantes. Que Dios
ilumine a nuestros gobernantes y al pueblo en su conjunto,
en esta ímproba tarea que los tiempos que corren
nos exigen. Que el Señor, nos permita vislumbrar,
a través del esfuerzo público y privado, la
realidad de un porvenir próspero, moderno, floreciente
y feliz.
Y, para despedirme de esta evocación
tan cara a nuestros sentimientos no podría dejar
de recordar a aquella Comisión Directiva que surgió
de una expresión solidaria y entusiasta en el seno
de una popular asamblea del Cine Italia. Trabajó
con pasión recorriendo hasta el último rincón
del territorio, llevando como una nueva alborada el noble
y nuevo mensaje de nuestras aspiraciones de soberanía.
Para ellos, para los que me acompañaron en aquella
época de fervientes y apasionados ideales, mi humilde
y cariñoso abrazo de siempre.
Y, para los que se han ido hacia la inmortalidad,
el testimonio de mi más sincera gratitud. Yo, como
formoseño, bendigo a la vida por haberme permitido
vivir lo suficiente, para contemplar con íntima,
inmensa satisfacción, cómo han florecido sobre
mi suelo nativo las fecundas semillas, que generaciones
de formoseños arrojaron al pasar.
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