El Padre Iturralde, para llegar a Lahisí, tuvo que recorrer muchas leguas de selva con la guía y protección de un grupo de bravos Tobas, con quienes de mutuo acuerdo eligió un lugar a orillas del río Salado, para fundar el 25 de Marzo de 1901 la Misión Nuestro Padre San Francisco del Lahisí.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el padre Iturralde y su continuador Padre Buenaventura Giuliani, convertirán a la Misión en el centro agrícola e industrial mas importante del terrítorio.


La mano derecha del Padre Buenaventura fue Fray Miguel Amundaraín. Bajo su dirección se había construido el puente (1903), se tendió la linea telefónica (Lahisí-Curupay-Colonia Aquino), se levantó el ingenio, la desmotadora, la usina, etc. El ingenio trabajaba día y noche en la época de zafra. El aserradero solamente para las necesidades de consumo interno.

El algodón se producía, desmotaba y enfardaba alli mismo. Para la iluminacón de la administración, el taller, la fábrica y para accionar los motores eléctricos, funcionaba un generador con motor a vapor. Para el transporte terrestre, contaba con carros fabricados allí mismo y para el fluvial, embarcaciones con motor y chatas de remolque.

Las chacras, en número de ciento ochenta, suman alrededor de seiscientas hectáreas cultivadas. Cada una de aquellas de dos a ocho hectáreas en dichas condiciones. Las chacras de los tobas empiezan a distinguirse por la prolijidad de sus instalaciones y por el esmero de sus cultivos. Son pobres, humildes, pero de cualquier manera simpáticas, limpias y mejor cuidadas que las de los colonos extranjeros en otras regiones del país. Tienen ya por suyas esas chacras y las labran amorosamente.

 

Cada indio, dentro de cierta edad, tiene la chacra que el mismo eligió al incorporarse a la Misión.
El racionamiento de todas las familias e individuos es práctica inquebrantable de su sistema de atracción y protección de los indios. La distribución de las raciones constituye el espectáculo más animado, pintoresco y característico de la Misión.

Son las mujeres las que concurren a recibirlas, y siempre acompañadas por sus numerosos hijos. La ración es general y se entrega invariablemente a las familias según el número de personas de que estén formadas, por más que alguna o algunas o trabajen en el ingenio o en la administración y reciban en ella la comida.

Transcurridos los años veinte la Misión dejaba de ser un mundo exclusivamente indígena e iba siendo infil-
trado por el movimiento comercial y productivo del territorio, cada día más activo. Su insfraestructura urbana, única en el interior territorial, la convertía en un importante centro de interconexiones.

Colonos en busca
de peones capacitados para agricultura, vendedores ambulantes, inmigrantes paraguayos y europeos en busca de trabajo y tierra.
Al finalizar la década del veinte la Misión se encontraba en serias dificultades económicas ya que el ingenio azucarero y la agricultura eran deficitarios.

Además en lo educativo no se había podido emprender nada serio y el campo de la Misión cada dia era más solicitado por campesinos sin tierra, hacendados y comerciantes.

Los misioneros
no tenian en claro el camino a seguir hasta que en 1928 reciben una importante ayuda económica para la creación de una Escuela Granja.

 
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Julio / Agosto de 2005
 
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