A
la orilla del Río Paraguay, en una pequeña
casa viven un anciano, don Ramón y su nieto José.
Al abuelo le gusta sentarse por las tardes a tomar mate amargo
en un viejo sillón de madera, mientras José juega
a su lado.
Pero en una de esas tardes, cuando la lluvia
y el frío no los dejaron salir al patio, se les ocurrió
abrir una vieja valija que estaba guardada sobre el ropero. Para
José, abrir la valija fue casi como descubrir un mundo
mágico. Juntos encontraron en el fondo de ella una carta;
el papel resquebrajado de amarillento color contenía la
más bella historia que jamás podríamos imaginar.
_Abuelo ¿Qué dice la carta? ¿De quién
es? ¿Me la contás?
_Despacio José... te voy a contar... ¡A ver... !
¿Cómo empiezo?
_Como quieras abuelo... yo te escucho.
Había una vez un pueblo ubicado en la
ribera del río Paraguay, este mismo río que nos
cobija aún hoy.
Un cierto día, los pobladores se dieron cuenta que necesitaban
asumir la autonomía del lugar, para comenzar a transitar
los caminos institucionales con autoridades locales.
Fue así como una mañana del año
1941, de aquellas que quedan en la memoria de la gente, representantes
del Territorio se reunieron en la localidad de Pozo del Tigre.
Organizaron una reunión, a la que denominaron “asamblea”.
Si bien esta asamblea no tuvo el éxito esperado sirvió
como base del futuro de la Provincialización de esta tierra.
Los años pasaban, unos tras otro, pero
el pueblo representado por un grupo de vecinos presididos por
el señor Vicente Arcadio Salemi, allá por el mes
de enero del ´55, promovió una campaña a favor
de la “Provincialización”. En ese mismo tiempo
un hombre formoseño, el Teniente Coronel Martín
Martínez, ocupaba un cargo en el gobierno nacional a quien
los vecinos le pidieron ayuda para lograr su meta.
El paisaje fue testigo de lo sucedido, y el Teniente
Coronel escuchando a la gente del territorio se comprometió
a apoyar las gestiones. Así transcurrían los hechos,
el poblado comenzaba a organizarse. Forma una Comisión
para la – “Provincialización” integrada
por personas de esta tierra, además, se designaron sub.
– comisiones con mandatos para interesar a los pobladores
del interior y lograr comprensión sobre los beneficios
del nuevo objetivo. Este episodio fue de gran importancia para
la historia de nuestra provincia y como nunca antes había
acontecido, todos se pusieron de acuerdo: ¡Necesitábamos
la Provincialización!
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Varios
testigos nos dejaron retratos de hombres formoseños
honestos, capaces y pujantes. Y así, desde el pasado como
en el presente el ser formoseño está en el pensamiento
y la acción de afirmar el crecimiento espiritual y cultural,
como así también el sentido de pertenencia.
Un 15 de junio del año ´55, el Congreso
Nacional sancionó la Ley N° 14.408 por la cual se dispuso
la Provincialización del Territorio Nacional de Formosa,
junto con los otros Territorios Nacionales. Todo este episodio llega
a su punto culmen un 28 de junio de 1955 cuando se promulga dicha
ley.
Pasaba
así Formosa a considerarse un estado federativo
autónomo, esto significa que Formosa nace a la vida institucional
en su carácter de Provincia. Esta es una parte de la historia,
murmuró el abuelo con lágrimas en los ojos.
_Pero no es todo, en este año 2005, estamos conmemorando
el Cincuentenario de la Provincialización de Formosa, es
decir, se cumplen cincuenta años de aquella fecha en la que
Formosa se convirtió en provincia, “ocasión
propicia para revalorizar el sentimiento de los formoseños
en su lucha por un ideal de provincia y la construcción de
una comunidad organizada, conducida y gobernada por los hijos de
esta tierra.”
_Que hermosa historia Abuelo, pero, ¿Quién escribió
la carta?
_Yo José - expresó el abuelo- Yo que en ese entonces
fui un joven formoseño y estuve en aquellos gloriosos momentos.
_¿Para qué la escribiste abuelo?
_Para no perder la memoria de uno de los momentos más gratos
de mi vida.
_ Ah... abuelo ¡Te puedo decir algo?
_ Por supuesto José.
_Estoy orgulloso de tener un abuelo como vos y muy feliz de ser
formoseño.
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