Margarita Diez
Qué estrella anunció tu partida
y te marcó el camino,
hacia la luz que a lo lejos se avizora.
Temblando el alma se deshoja
y en pequeños cristales, prismas brillantes,
se convierte tu voz en las rimas de un canto.

Paciente espera la de la barca
En la ribera del río que tú amabas.
Ha soltado las amarras el grumete puntual.
Pasajero de la luz,
ni un gesto perturbó tu partida presentida,
tu pensamiento en vuelo
hacia la vida de otra vida,
más allá de todas las distancias
sin horizonte que detenga la mirada.

Parco remero,
lleva mi adiós al poeta cuando partas de nuevo,
aquel que presintiendo tu espera en la ribera,
convocó a la brisa sorprendida,
al atardecer, al trino sostenido,
al amor que llenó su vida
y a la palabra que no fue vencida

 
7 Marzo de 2005
 
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