Lilian Bistolfi
 

En el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO se afirma "(...) que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua".

Hoy la cultura se encuentra en el centro de los debates contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una economía fundada en el saber. El producto de la gran variedad de experiencias y realizaciones humanas es lo que conocemos como diversidad cultural. Este es un concepto amplio fundado en los lazos entre las personas a través de la historia, la tradición y el idioma comunes; también la diversidad refleja valores tales como el pluralismo de ideas, el acceso y participación efectiva de las personas y la libertad de expresión y de elección.

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ste reconocimiento aspira a una mayor solidaridad fundada en el reconocimiento de la diversidad cultural, en la conciencia de la unidad del género humano y en el desarrollo de los intercambios culturales La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Y esta posibilidad que cada cultura tiene de producir y difundir obras tiene doble resultado preservar y promocionar las culturas existentes y lograr la apertura a otras culturas.

Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales plurales, variadas y dinámicas. Las políticas que favorecen la inclusión y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, este es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida.

La diversidad cultural acrecienta las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria.Así la diversidad cultural es uno de los pilares del desarrollo sostenible de cualquier estado.

La democracia como expresión de la libertad y el acceso de los ciudadanos a las obras de creación, especialmente a las que se producen en la región, crea condiciones necesarias para un diálogo entre diferentes culturas y permite el enriquecimiento mutuo de las culturas. Este respeto de la diversidad cultural y de las civilizaciones contribuye a la promoción de una cultura de Paz.

Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales, indisociables e interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa exige la plena realización de los derechos culturales, tal como los define el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. "Toda persona debe, así, poder expresarse, crear y difundir sus obras en la lengua que desee y en particular en su lengua materna; toda persona tiene derecho a una educación y una formación de calidad que respete plenamente su identidad cultural; toda persona debe poder participar en la vida cultural que elija y ejercer sus propias prácticas culturales, dentro de los límites que impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales"

La libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación, el multilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones artísticas, al saber científico y tecnológico -comprendida su forma electrónica- y la posibilidad, para todas las culturas, deben estar presentes en los medios de expresión y de difusión, porque estos son los garantes de la diversidad cultural.
Los avances tecnológicos y la consolidación de las industrias favorecen junto a la liberalización del comercio, grandes oportunidades para la promoción de la diversidad cultural.

 

Somos parte de una patria cultural continental, sin exclusiones etnoculturales de ninguna índole. Desde nuestra concepción consideramos a la cultura como el estilo de concebir el mundo, al hombre y de concebirse a uno mismo. Ese estilo se expresa y manifiesta en cada obra que emerge del pensamiento, las manos y el alma de una sociedad. Tenemos un objetivo prioritario: construir un proyecto integral de liberación con centro en la voluntad cultural de nuestro pueblo, considerando la persona, la comunidad que esta integra y el estado que las expresa.

Liberación del hombre y de la comunidad, porque ambas se corresponden a la liberación del estado, para así servir a la comunidad que le da origen y sentido. Este proyecto ha tomado a la cultura como la herramienta fundamental de liberación, porque sin liberación cultural, pedagógica y mental, no es posible ninguna emancipación, ningún destino autónomo.

La creación tiene sus orígenes en las tradiciones culturales, pero se desarrolla plenamente en contacto con otras. Esta es la razón por la cual el patrimonio, en todas sus formas, es preservado, valorizado y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e instaurar un verdadero diálogo entre las culturas.

El Estado Provincial en programas con firmes objetivos fomenta la diversidad lingüística -respetando la lengua materna- en todos los niveles de la educación, estimulando el aprendizaje del plurilingüismo desde la más temprana edad, alentando una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a este efecto, tanto la formulación de los programas escolares como la formación de los docentes. Ha incorporado al proceso educativo métodos pedagógicos, con el fin de preservar y optimizar los métodos culturalmente adecuados para la comunicación y la transmisión del saber.

Los sistemas de conocimientos tradicionales, especialmente los de las poblaciones autóctonas son respetados y protegidos reconociendo la contribución de los conocimientos tradicionales a la protección del medio ambiente y a la gestión de los recursos naturales, y favorece las sinergias entre la ciencia moderna y los conocimientos locales. Propicia y auspicia el intercambio, la interrelación de la región cultural compartida, alentando las iniciativas que aportan al fortalecimiento y el desarrollo de la espiritualidad provincial que nos singulariza y nos define como pueblo.

Es posible que algunos consideren a la diversidad cultural como una cuestión de poca importancia que no justifica dedicarle demasiados recursos y tiempo, pero para muchos países ha significado la clave para su desarrollo ya que promueve la cohesión social, la construcción de naciones, la identidad y el orgullo, como recurso estratégico que puede crear prosperidad (crecimiento, productividad y empleo), expresada en los productos y resultados de distintos sectores de la sociedad garantizando la existencia de una diversidad provincial, Nacional y extranjero

Pero el desafío es encontrar los medios para mantenemos abiertos a lo que el mundo nos puede ofrecer y al mismo tiempo Alimentar expresiones culturales y desarrollo de contenidos ricos y diversos. La nueva cultura política une lo diverso no lo distinto, pues precisamente nuestra identidad raigal es soporte de nuestra supervivencia, de nuestra independencia y de nuestra liberación.

Defender la causa de la indivisibilidad de la cultura y el desarrollo, entendido no sólo en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceder a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria. Este desarrollo puede definirse como un conjunto de capacidades que permite a grupos, comunidades y naciones proyectar su futuro de manera integrada.

La unión de la humanidad estará dada en una comunidad organizada y en el respeto.
"En lo SOCIO-CULTURAL, queremos una comunidad que tome lo mejor del mundo del espíritu, del mundo de las ideas y del mundo de los sentidos, y que agregue a ello todo lo que nos es propio, autóctono, para desarrollar un profundo nacionalismo cultural. Tal será la única forma de preservar nuestra identidad y nuestra auto-identificación. Argentina, como cultura, tiene una sola manera de identificarse: ARGENTINA. Y para la fase continentalista en la que vivimos y universalista hacia la cual vamos, abierta nuestra cultura a la comunicación con todas las culturas del mundo, tenemos que recordar siempre que Argentina es el hogar" (Modelo Argentino de Juan Domingo Perón, 1974).

 
   
     
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Marzo de 2005
 
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