Por: Sergio "Lilo" Domínguez
 
El barrio representa para sus moradores una suerte de reservorio de afectos acumulados en el tiempo. Allí se nace y se construyen las mejores amistades- Es el territorio de los abuelos y padres. Formamos familia, nacen los hijos y se repiten las afinidades. Casi la historia de la existencia personal y los pormenores esenciales de la convivencia vecinal se ponen de manifiesto en esa geografía de amores compartidos.

El barrio cuenta y acumula, devolviendo e! caudal de esas ternuras participadas. Pasiones fuertes pero sencillas de un devenir con muchas partidas y pasos.
Uno de esos ámbitos ciudadanos que mejor bosqueja la "geografía de afectos" de que departimos, es el barrio "San Miguel Arcángel". Lo que la imaginería popular sabiamente llama "La Chacra 8". Por aquello del Lote Rural no 8.

Su poblamiento data de los períodos inaugurales de la Villa Formosa. Inmediatamente después de la fundación, Don Luis Zambrini, acompañante del Comandante Fontana, dedicado a la explotación forestal, fije el primero en construir una casa en el lugar. En la loma de la actual calle Ituzaingó, entre Coronel Bogado y 0'Higgins. Zambrini, por disposición de una ordenanza municipal, recibía la concesión de explotación de los bosques de la zona. Lo que se proponía en realidad, como política de ocupación, era el desmonte para avanzar en el poblamiento de la naciente villa.

A cambio, el permisionario podía usufructuar libremente del producto forestal obtenido, sin pagar el aforo pertinente. Fruto del trabajo de desmonte, realizado por Zambrini y su gente, es la limpieza del actual emplazamiento de la "Avenida del Norte", luego "General Vedia" y hoy "González Lelong", como además, gran parte del perímetro barrial. En 1886, el Gobierno Temtoriano adjudicó, provisoriamente, importantes parcelas a Don Luis Zambrini, Carlos Cleto Castañeda y Antonio Brunelli, quienes se convirtieron en habitantes regulares del asentamiento.

Sobre la actual Avenida González Lelong, casi Almirante Brown, funcionó el matadero municipal, cuyas actividades se prolongaron en el emplazamiento por cuatro años.
Las Avenidas González Lelong e Independencia, la calle Hipólito Marcial Rojas y las vías del ferrocarril determinan los límites del Barrio San Miguel.
 
 
 

En la década del 40' el sitio recibió una fuerte afluencia de personas provenientes de la "Chacra 12", a partir de la localización allí de las instalaciones de "los cuarteles", designado así en el vocabulario general, hoy Regimiento Infantería de Monte 29 "Coronel Ignacio Warnes", más adelante en 1947, incrementa notablemente su población, con exiliados paraguayos, consecuencia de la asonada popular de aquél año en el vecino país, quienes se ubicaron precariamente.

Conforme los datos de una crónica esencial, entramos a conocer detalles de la urbanización del barrio, iniciado oficialmente con participación comunal, a pedido de los mismos habitantes, al entonces funcionario municipal Don Femando Florentino Casáis, según sus propias crónicas.

Lo que fue la "Chacra 8",
pasó a llamarse oficialmente Barrio "San Miguel" al entronizarse la imagen del Santo Patrono en el barrio, primero en la antigua capilla y, más tarde, en Coronel Bogado y República Oriental del Uruguay donde se levanta definitivamente la hoy parroquia.

El barrio ejerce fervientemente su espiritualidad, también la pasión desde lo deportivo futbolístico. Chacra 8, Sol de América y Ferroviario, constituyen instituciones de prestigio y raigambre. El voleibol tuvo en "San Miguel", un equipo nacido en la década del 60' en la misma capilla, a uno de sus animadores principales en las jornadas de nobles choques entre el local, "San Luis". "Tabaré", "El Águila' y "Casa Paraguaya", entre otros.

La música y el canto se enseñorearon por sus calleólas perfumadas de jazmín de la mano de los Hermanos "Paraguay" Ramírez, los hijos de Doña Luisa; las voces de los Hermanos Lorenzo "Daniel" y Anastasio Patino, Jorge Barrios o "King Clave" cual su nombre artístico, llevando el mensaje cantor formoseño a todas las latitudes del universo. Cuantas veces los convecinos nos emocionamos al escuchar y canturrear ".Quiero el paisaje verde del viejo río... Quiero volver contigo donde nací.".

El "Cine San Miguel" en el predio del club Chacra 8, sobre la González Lelóng, atesora el bullicio y las ansias de la mitaizada en jornadas de películas episódicas. El bar '"Calcuta" frente a la sede del club "Sol de América" y "La Tranquera", atendido por Don Chaparro, guardan las sanas costumbres de reunión amistosa de nuestros padres; uno el bar de paso y el otro las propuestas culinarias y los sones cancioneros fórmesenos de voces incomparables, embelleciendo las noches serenateras de noctívagos transeúntes que enriquecían sus corazones en jornadas amanecidas.

La alegría barrial
es patrimonio de su gente. Cuando el carnaval se anuncia, los tambores y la efervescencia representativa se adueña del paisaje a través de sus comparsas. Una de las notorias y recordadas: "Maracangalha". Agrupación que supo apropiarse de las noches carnestolendas formoseñas, a partir de la creatividad de sus mentores que. con elementos, caseros, de bajo costo, pudieron desarrollar verdaderos hallazgos coreográficos, vestimentas e instrumentos para sobresalir y recibir el reconocimiento del pueblo.

El barrio es el empuje de su gente que en solidaridad ha logrado importantes progresos para el conglomerado. A todo ello debemos agregar la intensa actividad cultural y esa mística provinciana especial puesta de manifiesto permanentemente.

El Barrio "San Miguel" es sentimiento, fe y poesía; por lo que nos animamos a decir que se trata de "Una geografía de afectos indelebles".

 
 
9 -Febrero de 2005
 
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