Las causas del ocaso de la Misión Aborigen fueron muchas, y podríamos sintetizarlas diciendo que abundó la buena voluntad y la entrega generosa, pero crecieron las dificultades como las limitaciones de los protagonistas.

Dificultades que marcaron el final de la Misión Aborigen:

• La dispersión de los aborígenes a otros lugares tanto por su natural nomadismo como por la invasión de los así llamados blancos que venían a hacer sus propios negocios e impedían cumplir con el afincamiento de ciento cincuenta familias de agricultores aborígenes como estipulaba el gobierno de la Nación para entregarles las tierras. Esto hizo rescindir el contrato con la Nación en 1958.

El procurar estabilizar las familias en comunidad de familias con viviendas y trabajo permanente fue la consigna de los misioneros pero también el objetivo difícil de alcanzar.

• Problemas económicos e industriales que hacían difícil la colocación de la producción realizada con maquinarias precarias, imposibles de mejorarlas, fue mermando los ingresos que alcanzaban apenas para los salarios.

• La falta de misioneros idóneos para una situación tan compleja que los absorbía en resolver lo económico y los graves conflictos.

• Hasta 1947 todos los empleados aborígenes y blancos que trabajaban en el aserradero, ingenio azucarero y ganadería, para procurar el sostenimiento económico de La Misión, recibían justo salario y recompensa mediante bonos y provistas de carne y almacén, alcanzando para ser solidarios con los carenciados de la comunidad.

• Mantener el nivel floreciente de La Misión alcanzado significaba un esfuerzo grande para los misioneros dada la insuficiencia de los subsidios nacionales.

• Desde 1947 el régimen laboral impuesto por el gobierno de pagar en efectivo trae como consecuencia lo que describe el P. Simpliciano Gomiero en sus memorias: “Cuando en 1947, el Gobierno obligó a pagar en efectivo a los indígenas, se crearon problemas enseguida. El dinero se fue en alcohol que vendían los blancos, y hasta que tenían el último centavo en el bolsillo, era difícil pedirle el trabajo,”

Durante la crisis económica y hasta la venta del aserradero en 1958 La Misión pagó salarios, jubilación y todo lo correspondiente a todo el personal aborigen y blanco, esto está documentado en las carpetas aún existentes, que también informan de la consideración a los aborígenes por sus ausencias laborales.

 

Un triste episodio: Juicio a La Misión

El “Cuaderno La Misión”, de Miguel Lotto nos habla de un serio conflicto para La Misión hacia el año 1947 (pág. 36) “La Misión había perdido el aislamiento de las primeras décadas del siglo, seguía funcionando con el sistema económico tradicional, (única compradora de la producción y única proveedora que utilizaba vales como moneda).”

Los bonos, la despensa y la administración de La Misión fue injustamente considera como explotación del aborigen al estilo de otros obrajes. Llegaron a detener a los misioneros como delincuentes.

En este juicio quedó comprobado que los beneficios se invertían en La Misión con un régimen de intereses totalmente diferentes a los obrajes. Los beneficiarios eran participantes en La Misión y la comunidad aborigen.

Está en la memoria de los pobladores la entrega generosa de los misioneros trabajando y padeciendo junto al aborigen y al blanco sin buscar intereses personales. Los misioneros “llegan solamente con el hábito puesto y se van solo con el hábito,” sin llevarse nada.

Hacia el 12 de diciembre de 1958 el Gobierno Nacional, con la Presidencia de Arturo Frondizi, por Decreto Nº 11364/58, considera ya INEXISTENTES LAS MISIONES CON ABORIGENES, interrumpiendo todo tipo de consideración y apoyo.

Es así como los Misioneros Franciscanos, concientes de nuestras limitaciones, y con mucho dolor, dimos por concluido este Proyecto Misionero con los aborígenes.

Venta del aserradero a una empresa:

Ante la imposibilidad de conseguir recursos para la administración y sostenimiento del aserradero que era la fuente de trabajo para un buen número de aborígenes y blancos, se ve como única salida, la venta de las instalaciones a una empresa.

Los Misioneros Franciscanos con mucho disgusto y sin posibilidad de solucionar la situación de otra manera mejor, venden a una empresa que consideran idónea para que continué la fuente de trabajo para los aborígenes y blancos. Los resultados no fueron favorables porque la empresa nos defraudó.

El valor de la venta fue utilizado en regularizar endeudamientos.

Declaración de Monumento Histórico

Por Decreto Nacional el 12 de septiembre de 1958, se valoriza La Misión y se declara que los restos de las instalaciones de la antigua Misión, son reconocidos como Monumento y Patrimonio histórico de la Nación, y se pide a los Misioneros Franciscanos, sean responsables de cuidar la conservación del edificio y predio declarado como monumento histórico. También el Gobierno Provincial hace lo mismo.

Establecimiento San Miguel

El Gobierno Nacional y Provincial, reconociendo los méritos y servicios de los Franciscanos a la provincia, hacen posible la compra de un predio fiscal como lo concedían a otros colonos para la mejora y la producción.

 
12
-Octubre de 2005
 
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