A poco de provincializarse nuestra querida Formosa, venía la tarea mas importante, organizar todas las instituciones que den sustento al nuevo Estado Provincial, para ello lo primero era crear la Constitución, entonces se llama a elecciones Constituyente y comienza el entusiasmo y la efervescencia popular y la participación ciudadana; es digno destacar que en esa época tanto el pueblo, como los que se pusieron de dirigentes, no tenían experiencias políticas, no existían políticos profesionales, como éramos Territorio Nacional, todo se manejaba desde el Gobierno Central en Buenos Aires.

Contagiados por la euforia del momento y valorando en toda su dimensión la trascendencia de la hora que estábamos viviendo, porque se jugaba nuestro destino, el futuro de todos los que habitábamos este bendito suelo; un grupo de amigos, todos estudiantes, algunos del último año del Nacional, jovencitos de 16 y 18 años, idealistas románticos y soñadores, nos reuníamos toda la siesta en la Confitería “El Cabildo” y café de por medio, cambiamos opiniones e informaciones sobre lo que estaba ocurriendo en el recinto de la Constituyente; los adolescentes que nos reuníamos ahí éramos ocho o diez y los nombres que recuerdo son: Los Hnos. Franco, Jorge Chichizola, Carlitos Silva, Tonina –de Pozo del Tigre– mi hermano José Antonio y yo –Juan Carlos–, era el año 1957.


 

El epicentro de los constituyentes era la ya famosa entonces en todo el Noreste Argentino, Confitería y Café “El Cabildo” –En una mesa larga al fondo del salón, se reunían los Constituyentes, sus amigos y asesores, entraban y salían con libros de consultas bajo del brazo y carpetas de apuntes, por ahí se calentaba el ambiente, subía el tono de la discusión y se producía el debate que siempre eran cuestiones ideológicas, porque estaban Radicales, Socialistas, Conservadores y Demócratas Cristianos, y nosotros parábamos la oreja para escuchar y aprender algo de nuestros mayores.


 

 

 


 
7 -Noviembre - Diciembre de 2005
 
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