Mario Jazmín

La localidad de Pirané es, dentro de la Provincia de Formosa, uno de los lugares más prolíferos en personajes, hechos, mitos y leyendas, que lo hacen folklóricamente rico, confiriéndole un perfil de identidad propio dentro de la geografía provincial.

En la época de auge maderero, la gran cantidad de obrajes y la mano de obra llegada de otras provincias que traían consigo sus costumbres y tradiciones, hicieron nacer en el corazón del monte y en los poblados, un sinnúmero de historias que la imaginería popular convirtió en leyendas, como ésta, cuyo personaje es un rudo hachero y pretende ser una síntesis poética-musical de relatos efectuados por personas nacidas en Pirané o en sus colonias o aquellos afincados allí hace muchísimos años, testigos ellos de hechos o receptores por transmisión oral de parte de sus mayores.

Muchos de aquellos
curtidos hombres de la selva eran correntinos, portadores, como decía anteriormente de creencias y supersticiones de su provincia natal, dentro de las cuales era infaltable el “Payé”, antiguo amuleto de la región guaranítica, que lo hacía exitoso tanto en el amor como en el trabajo.

“Cabo Corto”, era uno de esos hombres, apodado así por la breve longitud del cabo de su hacha, a pesar de lo cual, era tan o más rendidor para el trabajo que sus pares. Pero el hecho que da origen a la leyenda es que nunca hachaba en presencia de otros, por ese motivo los demás obrajeros le atribuían la posesión de un “Payé”.

Gabino Álvarez, tal fue su verdadero nombre y apellido, pocos recuerdan, para todos fue, simplemente “Cabo Corto”, el hachero correntino, poseedor del infalible “Payé”.

Esta obra anhela ser un reconocimiento a tantos trabajadores de mi Patria, que vivieron y perduran en las manos anónimas de muchos argentinos y que se resumen en un apodo: ¡CABO CORTO!

 
 
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-Julio / Agosto de 2005
 
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