Mario Jazmín
 

Desde siempre, los poderosos del planeta (llámese Inglaterra y EE.UU.) lograron el sometimiento de los más débiles (LLÁMASE Naciones Latinoamericanas) utilizando un medio, tal vez más eficaz que la invasión armada: la agresión sistemática a la cultura genuina de los pueblos, socavando los valores que conforman la conciencia nacional, consiguiendo finalmente el aniquilamiento de algo que hace fuerte a las naciones: la identidad.

Planearon cuidadosamente la estrategia a emplear y ejecutaron el ataque implacable, sin dejar flanco indemne, en el caso nuestro, contando siempre con el apoyo incondicional del cipayaje vernáculo. Así es que se comenzó con el falseamiento de la Historia tergiversando hechos, calumniando y denostando a hombres que, con virtudes y defectos de seres terrenales, levantaron la bandera del “ser nacional”, este fue su gran delito y caro pagaron por él, en cambio fueron ensalzados y elevados a categoría de semidioses, los sirvientes del amo. Colonialista.

Así es que a partir de la escuela primaria, generaciones de argentinos vivieron convencidos de que don Juan M. de Rosas, uno de los grandes defensores de la soberanía nacional, fue un monstruo atroz y que don Bernardino Rivadavia, quien se arrodilló ante los ingleses e hipotecó los terrenos de Buenos Aires y accedió a la Presidencia de la Nación, por un golpe de estado, fue un gran patriota y demócrata cabal. Sería interminable la lista de ejemplos de falacias como estas.

Con el dominio y manejo de los medios masivos de comunicación, los colonizadores nos impusieron las expresiones artísticas que se escuchan y se ven a toda hora, quedando, las nuestras, relegadas a brevísimos espacios. Los discos, libros y films extranjeros, tienen a su servicio un poderoso aparato de promoción, mientras que los nuestros, de igual o mayor calidad, se debaten agónicamente, asfixiados por las exiguas posibilidades económicas.

 

Esto hizo que la mayoría de nosotros supiéramos más de los Rolling Stones que de los Chalchaleros, de “cow-boys” que de los gauchos, de los indios sioux y apaches de de nuestros olvidados tobas y wichis. La propaganda obligó a la juventud a olvidar sus raíces; leer el Martín Fierro, escuchar a Yupanqui o bailar un chamamé de Cocomarola, es rebajarse en su condición social, perder “status”, solo lo que la maquinaria imperial impone como moda da nivel, distinción y comodidad.

A esto hemos llegado a negar nuestro origen o a lo que es peor: ¡ a avergonzarnos de él!. Llaman “disfrazado” al que viste pilchas gauchas o “anticuado” al que echa a volar un pañuelo en la cadencia de una zamba o hace alarde de destreza en las mudanzas de un malambo. Es la identidad aniquilada. El “ser nacional” arrasado con total impunidad, con algunas voces que se levantan, pero sin el respaldo oficial.

Urgente se hace necesaria una legislación real, no meramente teórica, en defensa del patrimonio cultural, que en definitiva el alma del pueblo ¡nada más y nada menos!. Esto no significa negarse al progreso, se trata de preservar la condición sagrada de la Nación, su identidad, “no es necesario matar el pasado para que viva el futuro”, porque los pueblos que ignoran sus raíces, no saben quienes son ni donde están parados y lo que es pero, hacia donde quieren ir.

El último instrumento creado por el aparato colonizador es la tan “mentada” globalización, cuyo objetivo es la despersonalización de los pueblos hablando vulgarmente “meter a todos en la misma bolsa”, borrando todo rasgo de identidad propia. Sin embargo lo que esto nos imponen, obran haciendo exactamente lo contrario. Ejemplo: los yanquis con su propaganda progresista nos inculcan que evocar la vida y epopeya de San Martín y visitar el Convento de San Lorenzo, es cosa sin importancia, una tontería, pero ellos no se cansan de llevar a sus niños y jóvenes al lugar donde Lincoln ató su caballo o ver la antiquísima campana de bronce cuyos tañidos anunció la independencia de su país Inglaterra. ¡Vaya contradicción! Aplican el viejo refrán: ¡”hagan lo que digo, no lo que hago”!.

 
   
9 -Mayo de 2005
 
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