La
sangre que corre por nuestras arterias y venas son iguales,
no saben de documentos: ella nos une, nos hace sentir hermanados
en nuestra más íntima condición humana. Eso
sí, mi presencia no es improvisada, tiene más de
una centuria y ahí están mis antecedentes, fueron
escritas en un sinnúmero de riquezas culturales, páginas,
libros, pinturas, esculturas, estrofas o melodías.
Todas
están grabadas o talladas por casi medio millón
de habitantes como testigos y se acunan en el corazón del
formoseño nativo o por adopción. Son nuestras, no
se las puede ignorar o quitar, porque representan el fruto maduro
de una cultura propia y popular.
“CRECI
EN LA ADVERSIDAD BAJO LAS SOMBRAS DE LUCHAS SIN COMPRENSION
FUI TIERRA DE PASO DE ALGUN PEREGRINO ACUNANDO SUEÑOS DORMIDOS
EN SU CORAZON.”
Por peleas y enconos de historia política
del país y de vecinos, crecí con frecuentes conflictos(la
democracia fue el gran antídoto) y ello no dejó
mucho tiempo para pensar con tranquilidad. Esa es mi incomprensión
Pero en ese ir y venir de quienes transitaron o eligieron nuestro
suelo para descansar o refugiarse, hemos respetado sus sueños
y las nostalgias de sus propios ideales.
“CON
FONTANA, IBARRETA O LELONG SERVI A UNA CAUSA SIN DISTINCION PUSE
LA SANGRE UN 5 DE OCTUBRE ROTOBADO, COMO LIMITE A UNA INTROMISION.”
Serví
a todos por igual, como el buen samaritano, sin preguntar de donde
venían o donde iban, humildes o ricos, poderosos o débiles,
buenos o poco buenos, a todos por igual, como jalón de
cristiana identidad.
Cuando una siesta en un 5 de octubre, los ideólogos
a la distancia o los combatientes en la acción, pensaron
que Formosa sería un fácil botín de guerra
para el triunfo, se encontraron con la sangre retobada de una
identidad que no permitió que cayera no sólo un
ejército de soldados armados para defender, sino tampoco
una comunidad que donó su sangre para los heridos y se
suturó guerreros sin que ninguno muriera en nuestro Hospital
Central. Los trece soldados que en el cuartel del R-29 de Monte
quedaron, fueron y serán estandartes de victorias que otros
quisieron subestimar.
“SOY
PETROLEO, RIO O LAGUNA SEGUN LA OCASION SOY CARICIAS,
TERNURAS O FUEGO ARDIENTE SEGUN LA INVITACION”
Tanto
en el oeste con el petróleo (son pocas las provincias
o países que lo tienen) como en el litoral (bañados
con agua generosa) tenemos la bendición de una rica naturaleza.
El formoseño o formoseña también sabe amar:
ser hijo, padre o madre, nieto, abuelo novio o novia, amigo según
la invitación