Nadie
como él para abordar, desde la sociología, la psicología
social, la antropología, la economía, la etnografía,
la historia, la geografía, etc, etc. la complejidad de La
Realidad Formoseña. Pero lo que más “admiración”
causa son sus dotes –al mejor estilo de -Ñande Yara-
para estar en todas partes al mismo tiempo.
Sólo de ésta manera se podría
entender cómo en tan pocas horas pudo confeccionar tan “sesudo”
y amplio diagnóstico, que, para otros (Vg. especialistas
de las más variadas y distintas ciencias humanas o sociales)
les demandaría, responsable y deontológicamente, otro
tiempo. El mismo análisis vale para quienes incursionaron
en la “Isla” (dicho por el redactor) y produjeron un
informe publicado en enero en otro medio de difusión masiva
de la ciudad de Córdoba.
Demás
está decir la conmoción en la sociedad formoseña.
Sin lugar a dudas, no es para menos. Pero, más allá
de sentirnos –con justa razón- agraviados por tamaña
ofensa, debemos saber que éste es el modus vivendi de algunos
“enviados especiales”, que, al amparo de ciertos medios
de comunicación de masas, hacen gala de éste tipo
de práctica.
Hasta podríamos decir que éste
comportamiento es común en estos personajes cuando incursionan
en el País Real, en la Argentina que desconocen e ignoran
por desidia y desinterés, poniendo al descubierto sus prejuicios
y una ausencia total de aquello que llamamos ” Espíritu
Nacional y Federal”. Lo único que buscan, cada vez
que sus patrones los envían más allá de la
“General Paz”, es, a no dudarlo, la “nota sensacionalista”,
aquella que pueda “impactar” con mayor intensidad
en quienes consumen tales informaciones sin importar a quienes
hieren con irresponsabilidad y soberbia.
Es el remilgado y rebuscado artículo “con
gancho”, que resulta más “apetecible”
cuando tiene cierta carga de “exotismo” y conjugan
“negro” con “bruto” y “bárbaro”;
algo que éstos “periodistas” no se animan a
indagar en la misma megápolis que –en la actualidad-
es la ciudad de Buenos Aires, con situaciones y cuadros que ponen
en evidencia el dramático trasfondo social en que viven
sumergidos miles de personas, y de donde –con una complejidad
que aumenta tornándose aterradora- emergen las consecuencias
más angustiantes, injustas y dolorosas: hambre, desigualdad,
mendicidad, desamparo,, inseguridad, prostitución, delincuencia,
locura y muerte.
Formosa
no es una “ínsula sagrada”; muy por el contrario,
es una provincia argentina inserta en la realidad nacional y mundial.
Los profundos cambios económicos, políticos, sociales
y culturales producidos en el mundo en los últimos años
dejan ver parcialmente el perfil de la nueva sociedad que se está
forjando; parcialmente decimos, porque la transición aún
no ha finalizado; otros cambios están aún gestándose
y van a contribuir con la forma final que asumirá éste
nuevo período histórico.
Estos
hechos son los que nos deben mover a los formoseños
a la reflexión y a la acción conjunta. Metidos en
ésta realidad “globalizada” la sobrellevamos
y luchamos juntos para mejorar el futuro desde nuestro sitio en
el mundo. Intentamos una identificación de las características
centrales de ésta nueva etapa histórica, evaluando
su impacto sobre valores tales como la igualdad, la libertad,
la solidaridad, la participación y la buena convivencia,
entre otros, con una visión totalizadora de Formosa, avizorando
desenvolvernos en el mundo, con anhelos y propósitos comunes
a todos los formoseños.
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Debemos
constituirnos en peregrinos en estado de misión y, sobre
todo vivificar al pueblo ambicionar la hermosa aventura de reconocernos
en nosotros. Formosa nos convoca y nos reclama. Somos una comunidad
de vivencias de fe y relaciones compartidas solidariamente. Hay
que atreverse a despertar ante la vida nueva. CREER EN LA CAUSA
PROVINCIAL COMO PRINCIPIO Y RAZÓN DE SER DEL PUEBLO FORMOSEÑO.
Porque hay una realidad que nos emparenta. Que
nos pertenece y compartimos como destino común. La autenticidad,
solidaridad y unidad nos pone en situación más favorable
para atenuar los efectos nocivos de éste nuevo orden mundial.
Incumbe fortalecer el PROYECTO PROVINCIAL. Este proyecto, incuestionablemente,
expresa el ideal que los formoseños venimos sosteniendo
desde largo tiempo. Como pueblo tenemos una obligación
y un compromiso ineludibles: posibilitar su acrecentamiento y
consolidación.
Cuando vivimos éste nuevo tiempo y Formosa
ha cruzado el umbral de su primer centenario, a cincuenta años
de la provincialización, toma forma éste sueño
de todos. Hoy vemos como se cristaliza una Formosa dinámica
y pujante, como el extenso territorio se integra definitivamente,
incorporándose hegemónicamente al consenso regional..
Esta cuestión es un imperativo de la hora de todos los
formoseños “de bien y los que la habitan como un
destino y no como una circunstancia”.
Nadie vendrá a decirnos que dirección
y que sentido hemos de proponer para Formosa. Esa es nuestra exclusiva
responsabilidad. Además, la creatividad es la exigencia
de una sociedad dispuesta que coloca su epicentro en la construcción
de un futuro inédito.
Somos
formoseños! Defendemos con orgullo la heredad
porque nos define y afirma como “formoseños”.
La misma Iglesia Católica ha afirmado “la cultura
indica el modo particular como en un pueblo los hombres cultivan
su relación con la naturaleza, entre sí mismos,
con otras culturas y con Dios”. Si admitimos que “para
el hombre, existir es convivir” mejoraremos y fortaleceremos
nuestra común manera de “ser”, esa que nos
otorga identidad y nos ubica en un lugar en el mundo.
Esto
no simboliza una idea esencialista. Se trata de una construcción
con raíces fuertes, certificadas en ésta realidad
del mundo, que nos ayudará a ser libres, reubicándonos
en la justicia social. En la plenitud del goce espiritual y material
de todo lo conquistado por la humanidad a partir del propio esfuerzo.
Procediendo
de común acuerdo y para bien de todos, indudablemente elegiremos
el camino correcto y, seguramente, los burdos intentos de los
“cronistas sensacionalistas”, agentes del “colonialismo
interno” solamente tendrán cabida en el viejo baúl
que guarda el “anecdotario del disloque”.
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