La aparición del lenguaje escrito, hace poco más de cinco mil años, ha permitido a la humanidad consignar para la posteridad la evolución de sus culturas y marcó el comienzo de un nuevo período con el nacimiento de la Historia Humana.

Los estudiosos de la materia la han dividido en etapas, acorde con la aparición de movimientos ideológicos que marcaron firmemente esta evolución, que a la luz de su comprensión, no es otra cosa que la historia del desarrollo del pensamiento a través del cultivo temporal de los valores de esa humanidad. La memoria de las culturas y de cada cosmovisión muestran la síntesis evolutiva de ella.

En cualquier espacio geográfico, tiempo, ideología, o cultura, quien hace la historia y la política es el hombre, y en ese continuo se enriquece la memoria y la experiencia de la especie. En nuestros días la historia y la política son ciencias de gran complejidad y hacen a la supervivencia de la humanidad en los tiempos futuros. Se puede decir que la política es la continuidad de la historia en el presente y se proyecta al futuro mediante una acción que responde a cierto modelo cultural e ideológico.

Nosotros tenemos una historia muchas veces atada a la política aplicada en cada tiempo en nuestro territorio, y sin embargo hemos ido un poco más allá de esas planificaciones o administraciones desarrollando un sentido de pertenencia y autodefinición. Fueron etapas de acciones empíricas donde primó, por sobre todo, la pulsión de la vida, en una lucha constante con las adversidades políticas y geográficas, soslayados por el olvido y la desidia por décadas.

Hace cincuenta años definíamos nuestra incorporación institucional al concierto nacional, llegábamos al rango de Provincia por decisión del Gobierno del general Juan Domingo Perón.

Largo fue el camino para ganar nuestro propio respeto, especialmente desde adentro, desde el propio formoseño. En 126 años, más de un siglo fue de administración externa, los hijos de esta tierra tuvieron muy pocas posibilidades de gobernarla y administrarla.

Debiéramos reflexionar sobre los tiempos pasados y los que estamos viviendo. La historia marcó un camino, el futuro irremediablemente ha de cumplirse, los fórmesenos estamos reconquistando nuestras potencialidades y dejando de ser tributarios de la planificación de los intereses externos que dominaron la mayor parte de estos 126 años de la historia de nuestro pueblo.

Ahora que una nueva situación de la planificada realidad política nos tiende la mano, estemos listos para tomarla y no largarla jamás. Por eso cada uno de nosotros, uniendo las fuerzas con sacrificio y desprendimiento personal, tenemos que plantear firmemente el acompañamiento comprometido, desde todos los ámbitos, a la construcción del porvenir. Nos lo agradecerán nuestros hijos, nietos y todas las generaciones futuras.

El capital humano es la riqueza primordial que hay que cuidar, es el que escribió la historia y también el que va construir el futuro, por lo tanto es irremplazable. Podemos aseverar que las conquistas del Proyecto Provincial además de dignificar el trabajo y encaminar el futuro, disponen la elevación de la cultura y la humanización total. La síntesis del hombre nuevo formoseño esta en el pensamiento y la acción de afirmar el crecimiento espiritual y cultural, el sentido de pertenencia y el orgullo dependen del compromiso de todos para hacer valorar la decisión de ser formoseños. Es la política acertada, y seguramente va a ser historia.
 
3 Febreo de 2005
 
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