Celebran misa en el Hospital de Alta Complejidad "Pte. Juan Domingo Perón".

Antonio Besil, sacerdote diocesano trasplantado hace dos años fue el que ofició la ceremonia religiosa, sostuvo que "Dejar por escrito la voluntad de donar órganos es un gesto de solidaridad, de humanidad, de fe cuando uno la tiene".

Así lo afirmó el sacerdote diocesano Antonio Besil quien este martes ofició una misa para pacientes trasplantados, familiares, donantes y pacientes que aguardan un gesto solidario que trascienda la muerte para mejorar su calidad de vida.
Besil, quien ejerce el sacerdocio hace 16 años en Resistencia, provincia del Chaco y hace dos años fue sometido a un trasplante de riñón, afirmó que el acto solidario de donar trasciende la fe para dar paso a un acto humanitario de gran entrega y amor.
"Uno puede dar vida a pesar del sufrimiento que conlleva la pérdida de un ser querido", subrayó el hombre que consagró su vida a Dios y hoy redobla su fe a partir de ser sometido a una de las intervenciones más modernas y complejas de la ciencia: un trasplante de órgano.
"Los que tenemos fe también nos enfermamos", señaló el sacerdote a quien a los 26 años se le detectó una enfermedad congénita que poco a poco fue deteriorando seriamente su función renal hasta llegar a la diálisis peritoneal cuatro veces al día.
A los días de ser trasplantado sufrió una recaída que lo obligó a alejarse del sacerdocio por seis meses. "De la misa a mi casa y de mi casa a la misa, esa fue mi vida durante seis meses. Por supuesto que cuando volví a mis actividades el tema de la donación estuvo presente desde un primer momento y cada vez que puedo la comparto. Cualquier persona puede ser donante de órganos y cualquier persona también puede necesitarlo. A nosotros -refiriéndose a los pacientes que requieren un trasplante o fueron sometidos a uno- nos tocó estar de este lado. En la Argentina existen más de 6 mil personas en lista de espera y somos los pacientes renales quienes encabezamos esta lista", manifestó el religioso.
Llamó a los trasplantados de órganos a ser testimonio de que se puede tener esperanza, se puede ser trasmisor de vida cuando ya no hay esperanzas. "A todos nos puede pasar. La enfermedad no es un castigo", puntualizó el padre Besil.
"Por eso, donar órganos no es una cuestión de fe, es tener conciencia de que se puede dar vida, ser concientes de que tenemos que ir más allá de la fe, tenemos que ser humanitarios. Y son los familiares de los donantes sobre quienes recae la gran responsabilidad de hacer cumplir o no la decisión de ese ser querido que quiso trascender y ayudar a quienes lo necesitan", exhortó el sacerdote que ofició una misa este martes en el Salón de Conferencias del Hospital de Alta Complejidad "Pte. Juan Domingo Perón".
El religioso escuchó las experiencias de numerosos pacientes que fueron trasplantados en Formosa y hoy pueden contar cómo fue su antes y cómo es su después de una intervención tan compleja pero que les permitió recuperar su calidad de vida, en el marco de las actividades por la especial celebración del donante, que se llevará a cabo el 30 de Mayo.
Se mostró sorprendido por la cantidad de pacientes trasplantados, renales, hepáticos, cardiacos y renopancréaticos, que hoy llevan una vida totalmente normal en esta Provincia.
Además de oficiar la santa misa, bendecir rosarios para los donantes vivos y familiares de trasplantados, visitó la capilla del HAC y bendijo un vía crucis artesanal realizado por los trasplantados, el que fue donado a la institución de salud como retribución por devolverles el regalo de vivir.
12-05-2011 | Cargada en Salud - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social